Con sus ventanales que dan al mar hasta donde alcanza la vista, este lugar cargado de arte e historia es uno de los más singulares del mundo. Y si cada año acoge repertorios de ópera, jazz y grandes estrellas internacionales, no cabe duda de que este legendario lugar, que puede privatizarse, será el marco ideal para el extraordinario evento que desea organizar. Haga descubrir a sus invitados la experiencia de la Ópera de Monte-Carlo.
En 1878, la Société des Bains de Mer decidió añadir a su Casino una sala de conciertos digna de ese nombre para que pudiera seguir floreciendo. El arquitecto Charles Garnier aceptó el reto. Gracias a su excelente acústica, la sala ha acogido espectáculos asombrosos, como el Festival de Jazz de Monte-Carlo, que reúne cada otoño a los gigantes del jazz.